Una prótesis dental es un dispositivo diseñado para reemplazar dientes perdidos. Se recomienda su uso cuando se han perdido uno o varios dientes.

Existen prótesis dentales removibles, como dentaduras completas o parciales, y prótesis fijas, como puentes y coronas. La elección depende de la cantidad de dientes perdidos y la preferencia del paciente.

Las prótesis removibles deben limpiarse diariamente con un cepillo suave y agua. También se recomienda remojarlas en soluciones limpiadoras específicas para prótesis dentales para eliminar bacterias y residuos.

La duración de una prótesis dental puede variar, pero generalmente, las prótesis removibles pueden durar de 5 a 7 años, mientras que las fijas, como puentes o coronas, pueden durar más tiempo con un buen cuidado.*

Puede haber un período de adaptación inicial, pero con el tiempo, la mayoría de las personas se acostumbran a usar prótesis removibles. Es importante comunicar cualquier molestia al dentista para los ajustes necesarios.

Al principio, puede notar ciertos cambios en la alimentación y la pronunciación, pero con la práctica, la mayoría de las personas se adaptan. Si persisten problemas, se pueden hacer ajustes en la prótesis.

La colocación de prótesis fijas generalmente requiere varias visitas al dentista. Implica preparar los dientes, tomar impresiones, y finalmente, la colocación de la prótesis definitiva una vez que esté lista.

El proceso de obtención de una prótesis dental generalmente no es doloroso. Durante la preparación y colocación, se utiliza anestesia local para garantizar la comodidad del paciente.

En general, se recomienda retirar las prótesis removibles durante la noche para permitir que las encías descansen. Sin embargo, es esencial seguir las indicaciones específicas del dentista.

Sí, con el tiempo, las prótesis dentales pueden requerir ajustes debido a cambios en la boca o desgaste natural. También es posible que sea necesario reemplazarlas después de varios años, dependiendo del tipo de prótesis y su cuidado.